El Mes de la Solidaridad no solo conmemora la partida del Padre Alberto Hurtado Cruchaga el día 18 de agosto de 1952, sino que también nos desafía a llevar adelante su legado en la acción diaria. Su dedicación a la justicia social y la dignidad de los menos privilegiados sigue siendo una fuente de inspiración para funcionarias y funcionarios públicos comprometidos con el bienestar de la comunidad. Agosto nos recuerda que, como servidores públicos, podemos marcar la diferencia a través de la solidaridad activa y el compromiso con el cambio positivo.
Este mes, unimos nuestras manos con un propósito común: continuar el trabajo del Padre Alberto Hurtado en beneficio de nuestra sociedad. Así como él dedicó su vida a aliviar el sufrimiento de los más vulnerables, quienes desempeñan la función pública tienen la oportunidad de llevar adelante su misión a través de sus roles en la Administración Pública. La Mesa Solidaria y la emblemática Camioneta Verde simbolizan la constante dedicación que quienes se desempeñan en la Administración del Estado pueden demostrar en su labor cotidiana, trabajando en pro de la justicia y la equidad.
El 18 de agosto, Día de la Solidaridad, instaurado en 1994 por el Congreso Nacional en la Ley N°19.218, tiene un significado especial. En esta fecha, reflexionamos sobre cómo podemos amplificar nuestro impacto y hacer que la solidaridad sea una parte integral de nuestras funciones. Siguiendo el ejemplo del Padre Hurtado, quienes desempeñan la función pública pueden abogar por políticas y acciones que promuevan la inclusión social, la educación y la igualdad de oportunidades.
El legado del Padre Hurtado es un recordatorio constante de que cada gesto solidario contribuye a la construcción de una sociedad más justa y compasiva. Quienes desempeñan la función pública tienen la responsabilidad de convertirse en agentes activos del cambio, trabajando para abordar las necesidades más apremiantes de la comunidad. En honor a su espíritu de servicio y compasión, nos unimos en el Mes de la Solidaridad para continuar el trabajo de construir un Chile donde la solidaridad y el bienestar sean las prioridades centrales. Su legado es nuestro llamado a crear un futuro más solidario y equitativo para todas y todos.
Cecilia Sepúlveda Flores
Directora Ejecutiva